Ensayo / La vida transversada por la literatura en el pensamiento de Gilles Deleuze / Juan Rey Lucas

La vida transversada
por la literatura
en el pensamiento
de Gilles Deleuze


+ Juan Rey Lucas
Colaboración de Juan Rey Lucas quien participó en nuestra convocatoria para el envío de textos a ser publicados en este espacio. Breve ensayo que sigue la pista de las reflexiones del filósofo francés Gilles Deleuze en una de sus obras fundamentales, «Crítica y clínica». [Si deseas enviar alguna colaboración para que aparezca en este espacio, acá las bases: Convocatoria].

“La vida no se trata de encontrarse a sí mismo. Se trata de crearse a sí mismo”
George Bernard Shaw


“La escritura es la pintura de la voz”
Voltaire


“Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros”
San Agustín

Los procesos de la literatura: la escritura y la lectura, no hacen referencia a una representación o a una testificación de lo que acontece en la existencia como tal. La literatura lleva un cambio de naturaleza en su haber: su dirección es por lo descabalado y fragmentario. No quiere decir insuficiente, sino abierto. Lo inagotable del suceder. Es la conversión constante de lo ocurrido. Perpetúa propagación. Lo excesivo no como desmesura nociva, sino para la circulación de las intensidades en lo ilimitado: es decir, la vida. La literatura es un plegamiento del advenimiento. No hay mimetismos, ni reflejos, ni simbolismos —pueden que se usen para que funcione en lo pragmático—, pero lo útil no tiene nada que ver con lo prodigioso o con la transformación que tiene el arte de rúbrica. Se acontece diferencial tanto para el escritor como el lector. La producción a-aparalela registra su engarce en singularidad propia y creada a modo distintivo; o también existiendo de manera simultánea. El desarrollo literario o leyente no se queda en la figuración del hombre quien se encuentra tras bambalinas. Tan sólo entraríamos en un dominio de antropomorfismo regulado de sujeto a objeto. El devenir mujer, animal, o mineral —entre otras más variantes—, implica un ingrediente de evasión afanosa, yendo en contra de su configuración. Su misión como tal es evadir el presente. Ante la abyección de lo masculino para el maestro Gilles Deleuze, eso es más que suficiente para lograr un trazado caligráfico-geográfico desemejante ante uno mismo. El advenir-mujer no se pone en parangón ante la masculinidad, como lo marcaría la estructura del binomio, ni siquiera a la misma feminidad de la mujer que ejerza la línea de fuerza (un acto refractario), sin afanes de un manoseado concepto de empoderamiento o reclamo panfletario. El advenimiento no es el acabamiento de una forma o idea; más bien, buscar la zona de inmediación, que consiga la transición inapreciable, no por aislamiento, sino por nutrimento.

“Es un proceso, es decir es un paso de Vida que atraviesa lo vivible y lo vivido. La escritura es inseparable del devenir; escribiendo se deviene-mujer, se deviene-animal o vegetal, se deviene-molécula hasta devenir imperceptible”. (Deleuze, 1996, 5)

La distinción que fecunda el advenimiento es para consolidarse en lo intangible, tal que sea a sí mismo indistinto por vitalidad creadora y veraz. Súbito en su manifestar. Se ensamblan demarcaciones de inmediaciones para suministrarse de los aparatos literarios de los que se requieran: urbanización sin ascendencia. Constantemente, a través de las voluptuosidades, las especies, y las soberanías, se hace constante un acaecer. Entre A y B, lo que ocurra por las dos proposiciones será lo que nos interese. No es llegar a un destino, sino recorrer todos los puntos posibles hasta convertirlos por inercia en líneas de energía. El devenir brota en el “medio”. De igual, la hegemonía del artículo debe ser evitado (La mujer, El animal, etc.) Será solamente una alimaña, un pétreo… una existencia. No es la designación de lo supremo, ni el ejemplo, ni la autoridad; es la eclosión de lo múltiple en procesamiento de una reiteración que germina con la novedad de lo otro. Todo personaje, experiencia o construcción de lectura se levanta en lo expandido-inasequible. No es la adquisición de condiciones consecuentes, sino que la introducción a un área de contornos y elipses. La literatura y lectura obran en una gimnasia sintomática: entrenamiento de los escapes y las deserciones: así el arte marcialista que patea sin tener estructura ni rapidez; o el futbolista que gambetea sin espacio; de igual la bestia que consigue tener imaginación, o el granítico que emerge con palpitar. El léxico se esmera y propulsa él mismo travesías desconocidas por la materia, y por implícito lleva lo fatídico. De un emisor a un receptor no nos es apto; sino habrá que dar trayecto creativo a otras dimensiones de diseño nigromante. La alocución es una delineación para la confección de una perífrasis de lo efectuado con las entidades.

“La lengua ha de esforzarse en alcanzar caminos indirectos femeninos, animales, moleculares, y todo camino indirecto es un devenir mortal. No hay líneas rectas, ni en las cosas, ni en el lenguaje. La sin-taxis es el conjunto de caminos indirectos creados en cada ocasión para poner en manifiesto la vida en las cosas”. (Deleuze, 1996, 6 -7).

No es el propósito la enumeración de las memorias, los periplos, las relaciones, los triunfos, las aflicciones, los anhelos. Tanto igual un superávit de realidad o de fábula se corre el riesgo de caer en la falla o el error. Así también, encerrarse en una configuración familiar con remembranzas edípicas. La indagación hacia lo paterno o materno, o del hermano perdido, son las introspecciones que pueden limitar o degradar la experiencia. El psicoanálisis que resulta siempre en el hijo desahuciado o espurio. Los devenires se encuentran en los riesgos de caer coagulados en los estereotipos de la cognación. Las corrientes sicológicas o psiquiátricas sólo dan un camino sin salida, y retornan a los lugares comunes de la repetición, o al calco de las subjetividades. La literatura y lectura siguen traslados trastornados, desprogramados a través de un deslizamiento de lo personal, pero sólo con el propósito de volcarse a lo anfibológico, que puede percibirse en lo genérico, pero que se cincela en lo peculiar e inconfundible de su morfología (in)material. El acaso eminente. El surgimiento sea dentro de uno o de lo otro, o un tercero, que se proyecta en un inconsciente lúcido. Cierto que hay un delineamiento apolíneo en las personalidades de los personajes literarios; pero aquellos atributos, tildes, y facciones son los que logran la potenciación que lo vislumbra en lo indistinto— inacabable, ya que son remolcados por preponderancia. Es verdad que existe un andamiaje para el coherente-movimiento de las entidades; pero que no debe caer en redundancias, xerocopias, o refracciones. Se trata más bien de la adquisición o cacería de aquellos vaticinios tan exorbitantes como lumínicos.

La neurastenia personal impide que se propaguen las intensidades. Se puede terminar en un territorio que paralice las funciones de magnitud: poliomielitis del procesamiento.  Es cuando el escritor y el lector, sea la coordenada a ser trazada, debe actuar como galeno de sí mismo para devolver el flujo de las fuerzas o la invariabilidad arpegia. La literatura en estas líneas procesales fructifica esquematizado de sanidad. El autor y el lector pueden prescindir de una salud en su cabalidad; más exulta una ínfima, empero irreprimible lozanía manufacturada por los aconteceres de los que ha sido testigo, de índole sobreabundante. Le exceden en su mortalidad y potencia, y con la poca salubridad contenida puede verterlas en el orbe. Le merman su vigor, pero en pro de un cuerpo espiritual que busca el no agotamiento de los afectos: un cuerpo sin órganos. Algo que en un estado salutífero pleno no podría conseguir.

“De lo que ha visto y oído, el escritor regresa con los ojos llorosos y los tímpanos perforados. ¿Qué salud bastaría para liberar la vida allá dónde esté encarcelada por y en el hombre, por y en los organismos y los géneros?” (Deleuze, 1996, 9).

Parte de la nueva corpulencia procurada por el literato y el lector se da para proyectar y ser creador de nuevas tribus. Un menester quimérico. Los propios remanentes son retributivos, en tanto se les genere una nueva vírgula sin precedentes ni consecuentes. Porque no es el pueblo por antonomasia, sino los nativos que advienen-insurrecto. Una población en menor por cantidad, pero pantagruélico por los arrebatamientos que es capaz de exponenciar en cualidad.

“La literatura es delirio, pero el delirio no es asunto del padre-madre: no hay delirio que no pase por los pueblos, las razas y las tribus, y que no asedie a la historia universal. Todo delirio es histórico-mundial, desplazamiento de razas y de continentes.” (Deleuze, 1996, 10)

Pudiendo haber un escollo en el devenir, por efecto de doma, ya que emanan delirios que se canalizan hacia la dominación y no a la revolución. Siempre habrá que cuidarse de la crisálida fascista que pueda tornarse cancerígena.

El lenguaje en concomitancia con la literatura permuta en un inédito léxico, que es otro devenir. Una pormenorización por el proferir que se está inmerso para dilatarlo, para soltarlo, para hacerlo huir. Ristra taumatúrgica que escapa del absolutismo. No hay necesidad de conectar con neologismos o arcaísmos, ya que la nueva lengua se dispara por tartamudeos, balbuceos, farfulles. Anatomía inaudita. Es la revelación de una mirífica de-formación, creativa y fértil. Con todo ello, para el buen escritor y lector en el filósofo de París se han de empecinar por afrontar los lindes del abismo. Actitud temeraria, sin recompensas ni perdidas, y con solamente la gratitud de la osadía implementada. Porque el escritor escribe y el lector lee, pero no para quedarse en el pleonasmo, sino para algo más. Y ese algo más es lo que —casi siempre— vale el pulso de la vida.

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Bibliografía

– Deleuze, Gilles, 1996, Crítica y Clínica. Barcelona, Anagrama.

Juan Rey Lucas. Triada Primate TV (Perú), El Noticiero Nacional, Producciones Llurei, Teresa Magazine, Revista Monolítico, Tinta Sangre, Pravia Magazine, Muridae, Granuja, Poetómanos, Miel y Letras, El Rincón del Lector, Enpoli, El Rizo Robado, Shango Lector, Katabasis, Marginalees, Cisne Revista Digital, Sputnik, Nudo Gordiano, Gaceta Lenguas y Letras (México), Estudio Dos emisora web, Culturalmente, Letray-Legal (Colombia), Poesía Embotellada, Rocamaduor (Argentina), Diversidad Literaria (España), ZUR (Chile), Awen (Venezuela); en youtube para Rincón Poético (Venezolana-colombiana). Como corresponsal periodístico para contribución del portal Xochipilli Podcast (con sede en el Instituto Cervantes en Chicago, Illinois).